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  • Foto del escritorVirtudes Torres Losa

BIENVENIDOS A MI COLE


Quiero presentaros a mis compañeros del centro. Mi seño se llama Marita y es muy simpática. En mi escuela, como en cualquier otra, hay chicos y chicas, pequeños y mayores, rubios y morenos, pero aquí, además, todos somos muy diferentes.

En mi cole no hay primaria, ni tampoco primero o segundo de secundaria... Aquí la edad no cuenta.

Mamá dice que vamos a este Centro porque necesitamos más atención, y es que mi escuela es Especial porque nosotros somos Especiales.

Mi compañero de mesa tiene muchos años, casi como mi hermano mayor, creo que tiene quince o más y es muy inteligente. Sabe hacer manualidades con el mimbre, Marita le dice que tiene unas manos de oro. Bueno, eso lo dice ella porque yo por más que se las miro las veo iguales

que las mías.

Lucia es una niña guapísima. Tiene los ojos redondos como la fofucha que le regalaron a mi hermana, Lucía siempre quiere estar con Marta, la cocinera, que es tan mayor como la seño. Ella también quiere ser cocinera de mayor, Bueno, a mí nunca me lo ha dicho porque Lucía no puede hablar, igual que Marta que también es muda, pero entre ellas se entienden; si vierais cómo mueven las manos, lo hacen con tanta habilidad que parece que tienen pilas nuevas en los dedos.

Ramón llegó hace unos días. Es el más nuevo de la clase y también es mayor. Camina en silla de ruedas. Al principio estaba lleno de miedo. No quería hablar con nadie pero después Sofía le pidió que jugara con ella y otras chicas a la comba. Ramón se quedó mirando a Sofía como si fuera extraterrestre. ¿A la comba? -le preguntó. Sí, tú y Rosita la botáis y nosotras saltamos. A partir de ese momento Ramón participa en todos los juegos que se hacen en la hora de recreo.

Mirad, por ahí viene la chica más bonita del mundo. Yo estoy un poquito enamorado de ella. Es Linda. Tiene unos ojos azules como trocitos de cielo y su pelo es rubio como rayos de sol. Siempre va acompañada de Rufo, su perro guía. Como ya habréis adivinado Linda es ciega pero yo creo que ve más allá de los que tenemos buena vista, porque ve con el alma.

A veces cuando yo estoy preocupado o triste, Linda me pone su mano en mi cara y me transmite alegría, la alegría que sólo ella puede dar. Linda tiene una sensibilidad fuera de lo normal, sus dedos leen a través de los puntos que tienen los libros especiales editados para personas con su discapacidad. Luego me explica las historias que en ellos encuentra. Así nos sumergimos en un mundo de fantasía que nos lleva más allá de lo que pudiéramos imaginar. Linda quiere estudiar magisterio, no sé cómo lo hará pero seguro que será una buena maestra.

Antes os hablé de Sofía pero no dije cuál era su discapacidad. Sofía tiene síndrome de Down. Dicen que los niños con este síndrome tienen un cromosoma más. Yo no entiendo eso del “cromo de más”, nunca he visto a Sofía cambiando cromos. Lo único que sé es que es la niña más dulce del cole, la más cariñosa, siempre está alegre, siempre quiere jugar y, cuando estamos tristes, ella nos da su mano y consigue sacarnos una sonrisa.

Como ya habréis observado, hablo mucho de las manos, de cómo las utilizan algunas de mis compañeras para comunicarse con nosotros, y es que cuando un órgano o sentido falta o está disminuido, otro se refuerza y eso es lo que vamos a ver ahora con Andrés, pues tras un accidente, perdió sus manos y él poco a poco lo ha superado. Siempre le había gustado pintar y eso es a lo que ha dedicado mucho tiempo. Dentro de unos días presentará una exposición de su obra “Pintando con la boca” Es un crack, no os la podéis perder.


Y ahora viene lo peor, quiero hablaros de mí. Os he presentado a mis compañeros pero no he dicho cuál es mi ¿problema? No, yo no tengo ningún problema en el Centro nos ayudan a superar los obstáculos que cada uno de nosotros nos encontramos.

Yo soy callado, solitario, casi siempre estoy un poco en las nubes, en mi mundo, en un mundo que yo he construido sólo para mí. No me gusta que me molesten ni alteren mis costumbres y siempre quiero que todo lo que hay alrededor esté perfecto. Aunque no lo demuestro, todo lo que me rodea me importa, me fijo y aprendo, pero no puedo expresarlo. Me faltan palabras, me asusta hablar o relacionarme con los demás. Creo que lo mío se llama “asusto”, “astuto”, o algo así, ¡autismo! eso es Autismo.

Hace poco descubrí lo que me gustaba hacer. La jardinería. En el Centro tenemos un invernadero donde me encuentro como pez en el agua. Estoy aprendiendo cómo se llama cada planta y cuáles son sus cuidados. En silencio les transmito mis pensamientos y ellas, las plantas, me responden con sus bonitos colores.

También he aprendido que, aunque todos tenemos alguna discapacidad, eso no significa que seamos prescindibles. Porque díganme en este mundo ¿Quién no sufre alguna discapacidad? Mucha gente lleva gafas, audífonos, van con bastón… y lo que es peor a cuánta gente le falta el puntito de amor que otros necesitan?

Todos, en un grado más o menos elevado, somos un poco discapacitados, todos necesitamos de todos y todos somos importantes.

Bien, hoy me he explayado, es raro en mí pero todo esto anterior, es lo que querría deciros si la dificultad con el lenguaje no fuera uno de mis hándicap.

Y nada más, este es mi cole, como veis es un cole Especial para gente muy Especial.


Mercedes Sánchez-Migallón, Mª José Ruíz-Elvira, Virtudes Torres, Prado Zúñiga, Jorge Fdez. Bermejo, África Mª Crespo y Juan Carlos López.



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