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  • Foto del escritorVirtudes Torres Losa

Desde mi ventana (1ª parte)

Aún me ronda el regusto amargo de la no salida del paso de mi Cofradía. La suspensión de la Semana Santa me duele más que el roce del TAHALÍ en las noches de ensayo con la banda de cornetas y tambores. Me duelen los ratos que nos hemos perdido tras los mismos, en los que siempre había diez minutos de charla distendida para ponernos al día con los compañeros a los que llevábamos algún tiempo sin ver.


foto tomada de la red

Echo en falta minutos, horas, días, semanas y meses de un año atípico. Desde mi ventana que, sin ser el Empire State Building de Nueva York, pone ante mis ojos un mundo inmenso, observo de tarde en tarde, algún ser vivo que cruza la calle, lo hace rápido, casi sin querer estar, con la ligereza de un ESTEPICURSOR sin apenas rozar el suelo y desaparece cual un fantasma.

Espero tras los cristales, acompañándome de una taza de té, que lleguen las ocho, hora clave para el reencuentro con las gentes de mi calle. Mi madre endulza la tarde sirviendo unas bolas de helado con el FUNDERELE, o poniendo de manifiesto su buena mano en la cocina con esas empanadas de las que, al final de la merienda, solo quedan algunos restos de CORNICIONE. (Esta palabra la aprendí de Paolo amigo italiano al que también echo de menos)


Seguimos con las palabras raras. En esta ocasión he tomado cuatro y como siguen llegando y para que no se haga pesado el relato he decidido continuar con las nuevas en sucesivas entregas.

Palabras utilizadas en esta ocasión.

TAHALÍ Pieza de cuero que sirve para llevar colgada un arma blanca, (por extensión un tambor)

ESTEPICURSOR planta rodadora también llamada nube del desierto.

FUNDERELE es la cuchara para servir bolas de helado

CORNICIONE (Fundeu) Así llaman en Italia al borde de la pizza. (Literalmente, significa cornisa).


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