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  • Foto del escritorVirtudes Torres Losa

MIL RAZONES

Actualizado: 8 abr 2020

Una sonrisa, la caricia de un rayo de sol al amanecer. Un Beso.

El olor de las celindas y el pangino, el verde de los campos, el azul del cielo, el blanco algodonado de las nubes, los colores del Arco Iris tras la tormenta. Un Suspiro.

La llama de la lumbre en la chimenea, las pavesas que saltan de los troncos. Una taza de té caliente en invierno compartiendo una manta. Un Abrazo.

Un roce de tus dedos en mi espalda, el roce de tu voz. Una rosa roja. Un Escalofrío.

Un cielo estrellado en verano, mirar embobada las constelaciones, la inmensidad del Cosmos, lo pequeña que me siento; una luna llena inmensa, una estrella fugaz. Un Deseo.

El canto de un ruiseñor, el vuelo de las golondrinas, de las palomas, de los gorriones; los polluelos en el nido pidiendo comida. Árboles llenos de Vida.

La alegría con que me reciben mis perras cuando regreso a casa. Sus ganas locas de jugar conmigo, su entrega sin ningún interés. Un Derroche de Energía.

Las formas, los colores, los sabores de las frutas y vegetales que la tierra nos ofrece como una inmensa despensa. El Cuerno de la Abundancia.

El sol que se despereza cada mañana estirando sus rayos abrazando la Tierra y que se oculta cada tarde dejando destellos rojos en el horizonte. La lluvia que llora en los cristales, el olor a tierra mojada. Esa Extraña Sensación.


Dibujo realizado es-proceso para mi relato por uno de los componentes de la Asociación y que ocupa un lugar de privilegio en mi casa.

Las tardes de otoño, la lectura de un libro en el banco del paseo, las hojas de los árboles en el suelo, mi falda al viento. Tu Mirada Pícara.

Mis lejanos quince años, el recuerdo del primer beso, los primeros compases de un baile “agarrado”, los secretos compartidos. El vaho en los cristales de las ventanas. Dos Corazones, un solo Latido.

El “sana, sana” de mi madre que curaba mi dolor y, que después, fue el “sana, sana” con mis hijos con el mismo poder curativo. Una Lágrima de Felicidad.

El adiós a mi padre, mi corazón roto y su recuerdo ayudándome a superar su pérdida. Mi impotencia. Un Sentimiento de angustia.

Los juegos con los hermanos, con los amigos, las mentirijillas, las verdades, la inocencia, los enfados… Descubrir la Vida.

La llegada de los hijos. El examen a sus manos, a sus pies, a todo su cuerpo esperando su completa formación. El miedo a no saber cómo ser madre o padre. Los primeros pasos. La Ansiedad, la Calma.

Los cumpleaños, las risas, las lágrimas, las canas, los dolores, las alegrías, las quejas, el día a día, la enfermedad… La Superación.

Tengo Mil Razones que mueven mi vida. Tengo días en que esas razones no las encuentro; en ese momento en que todo es negro, siempre busco un instante, un segundo para cerrar los ojos y dejar que transcurra el tiempo, que mis ojos liberen los ríos que contienen, que se vayan las nubes negras, que de nuevo salga el sol. Después me pongo el turbante rosa palo, salgo a la calle y aspiro el olor del aire dejando que inunde mis pulmones, aunque eso me provoque un nuevo ataque de tos.


En este libro están recogidos los cuarenta relatos premiados, diez por cada categoría.. Lo más bonito del tema es que la recaudación se destinó a ANSEDH..


Este relato fue premiado en la II Edición del PREMIO DE RELATOS MÍRAME A LOS OJOS patrocinado por LA SOCI personal de La Caixa y forma parte de este libro.

El lema del certamen era Lo que mueve mi vida.

Me ha apetecido compartirlo con quien lo quiera leer. Quitando la última frase este relato creo que se puede extrapolar al momento que estamos viviendo, puede que en muchos hogares se estén recuperando las pequeñas cosas, esas que de verdad tienen valor. Vamos a conservarlas. No las dejemos perder de nuevo.


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