¿Cómo se puede pasar de la alegría al enfado más grande solo por la incompetencia de algunas personas que no hacen su trabajo correctamente?
El pasado 11 de septiembre me llamaron de Almodóvar del Campo para decirme que el poema con el que había concursado tenía el primer premio.
Por supuesto que mi alegría fue enorme.
La entrega de premios habría que haberse realizado el 17 del mismo mes pero, no sé si por las inclemencias del tiempo o por otras causas, no se iba a organizar acto alguno, me ingresarían el importe del premio y me enviarían un diploma acreditativo.
Todo esto se fue realizando y todo hasta el momento muy bien.
Pero no contaba yo con terceras personas, esas que pueden poner la china en el zapato por incompetencia, dejadez o vaya usted a saber.
Aquí llega la parte más cañera del asunto: Como yo no estaba en casa a la hora que el cartero o cartera llegó, no se le ocurrió mejor cosa que, (en un alarde de demostrar su PEOR arte en la papiroflexia), doblar el sobre tamaño folio donde venía el certificado y meterlo sin ningún miramiento en el buzón.
Ahí mi cabreo fue monumental al ver mi diploma doblado como un papel sucio que tiene por destino la papelera.
Ese día no fui a correos pues estaba demasiado enojada, pero ya más relajada me acerco con la idea de hablar con la persona adecuada en este caso. Muy amablemente me atiende y después de unos minutos entre otras cosas salgo con esta lección aprendida:
“1º El sobre SÍ, ES TAMAÑO FOLIO, pero la entidad que lo envió tenía que haber puesto un cartón o haber enviado el certificado en un sobre de burbujas, así le había puesto difícil que al entregarlo lo pudiera doblar.
2º Se entregan demasiados sobres tamaño folio que no caben en los buzones y hay que doblarlos POR SUPUESTO NO COMO ESTE ESTÁ DOBLADO, y no se puede dejar una nota de aviso por cada sobre.
3º Los buzones no todos tienen la abertura para este tipo de sobres (tendré que hacer una reunión con los vecinos a ver si cambiamos el buzón)”
4º No se sabe quién fue la persona encargada de llevar el correo por mi calle, pues resulta que mi barrio no tiene un cartero asignado y se reparten las calles entre varios de ellos.
(¡Un barrio con más de tres mil habitantes!)
He sacado en claro la siguiente reflexión:
1ª Creo que la culpa es de la entidad que envió el diploma.
2ª Yo también tengo culpa por tener un buzón con la abertura pequeña.
Conclusión: Creo que habrá que pedir disculpas a la víctima, que no soy yo, es el cartero o cartera ¡(pobre)! que aquel día llevó el correo por mi barrio.
24-09-2019 Hoy he enviado el enlace de este post al facebook de correos y en pocos minutos he recibido contestación, la última hace unos minutos es esta:
Por lo menos aquí me piden disculpas, algo es algo.