Una excursión de chicos y chicas de un colegio ha llegado hasta la falda de un monte desde donde se divisa un valle con unas casitas aisladas y muchos árboles. La estampa es maravillosa, el cielo azul y la temperatura ideal para hacer senderismo, o acercarse hasta los riachuelos que bajan de la cima del monte. Todos van a desembocar al lago azul turquesa cuyas tranquilas aguas hoy relucen como si todas las escamas de los peces estuvieran flotando en su superficie.
Tras bajar todos los excursionistas y recoger sus cosas, el chofer del autobús se despide hasta dentro de una semana que volverá a recogerlos. Es lo acordado y así está firmado en el contrato.
Los jóvenes siguen a sus profesores hasta el refugio donde pasarán la semana alternando con subidas a la cima del monte, pescar, bañarse en el lago y contar historias de suspense o de miedo mientras contemplan hipnotizados las llamas de una fogata a la luz de la luna.
Esa es la agenda que la mayoría tiene en mente. Esa es la ilusión que albergan los más osados, pero el destino tiene preparados otros juegos.
El destino puede ser el azar o, quizás, no tenga que ver la suerte nada con ese destino. Quizás esté preparado, estudiado, diseñado hasta en el último detalle.
La luna que hasta ese momento ha estado durmiendo comienza a aparecer tras unos árboles lejanos. Su reflejo en el agua del lago es una raya que parece dividir en dos el cristal de sus aguas. Una onda bambolea la quietud del reflejo y, poco a poco, algo va ascendiendo hasta su superficie. Empieza siendo un humo que se remolinea y, poco a poco, va tomando forma como de torso humano. Sus brazos y su cabeza aparecen en una explosión que produce un pequeño tsunami en las que, hasta unos segundos, antes fueran tranquilas aguas del lago.
Ese es solo el primer acontecimiento en las escasas horas que llevan en aquel idílico lugar. Los sucesos irán produciéndose uno tras otro. Los chicos y los profesores sufrirán cada cual el castigo que le ha sido asignado. Pero… por quién?, ¿quién está detrás de cada acontecimiento?
Todos empezarán a sospechar del compañero, del maestro, del alumno.
¿Qué panorama se encontrará el conductor del autobús cuando vuelva a recogerlos?
¿Qué sucede en el lago? ¿Está embrujado?
Todas estas preguntas serán resueltas sorprendentemente al final ¿o no?
Tenemos un nuevo reto: Una portada que reclama a gritos un título y una sinopsis. Hay que escribir el libro. No me veo con ánimos, pero me gustaría.