Entre otras cosas el anfitrión del blog ACERVO DE LETRAS, o sea JascNet nos dice lo siguiente:
"Diciembre es, por antonomasia, la época del año en que más se tramitan los deseos. DESEO de un próspero Año Nuevo. DESEO de buenos propósitos. DESEO que me toque la lotería. DESEO que se me cumplan todos mis DESEOS. ¡Pórtate, Aladino!
Pues a eso vamos, el VadeReto de este mes girará alrededor de: El DESEO."
No sé si es que desea nuestros deseos, o desea ser deseado o no desea que deseemos lo que él desea desear. Bueno DE ESO se trata de escribir y desear que sea deseable ser leído.
*********
Llegó, como sucede todos los catorce de diciembre, el día de mi cumpleaños. Si echo la vista atrás seguro que alguno de esos aniversarios tendría algún deseo que no se cumplió, pero eso no me importaba, al fin y al cabo los regalos son sorpresas que tienen el deber de SORPRENDER no de cumplir deseos.
Después cuando fui haciéndome mayor los deseos se fueron aparcando, los regalos en este día eran PROVECHOSOS, un mantel, una plancha, un juego de copas, cosas que más adelante se supone que me iban a hacer falta. Muchos de esos regalos duermen el sueño de los justos, más bien pareciera que hubieran nacido para exposición en un museo (a veces de los horrores)
Seguí creciendo porque eso es lo que tiene llegar a la edad que he llegado yo. Y ahora los deseos casi se han evaporado como el humo que sale de la lámpara de Aladino. Se confunden con las nubes y suben y suben y llegan a la estratosfera y allí quizás algún extraterrestre se los encuentre.
Con los deseos de los Reyes Majos, SÍ, no me he equivocado, he dicho MAJOS, con ellos me pasaba igual con la particularidad de que aquí SÍ eran deseos, yo pedía, en la carta decía qué era lo que deseaba, pero ni por estas. Siempre he pensado que sus Majestades tenían un problema con el idioma. De mayor supe que los RRMM hablaban todos los idiomas pero, aún al día de hoy, no lo tengo muy claro.
Yo quizás pedía…umm, ahora que me pongo a pensar creo que nunca he pedido nada, o quizás lo he olvidado. ¿Estaré perdiendo la memoria? no recuerdo ninguno de los deseos que pidiera siendo niña, sí recuerdo que siempre recibía algo que me hacía mucha ilusión. Esos “deseos” sin estar en nuestro pensamiento eran los más satisfactorios y tenían la particularidad de que borraban en un segundo de mi memoria lo que hubiera deseado.
Otro momento clave en la práctica de pedir deseos es en la tan nombrada lluvia de estrellas, sobre el diez de agosto, es el ciclo en que las perseidas están más activas y, se supone, que son las chispas de la hoguera donde san Lorenzo fue quemado.
