Dedicaba las horas del ocaso a divagar, plasmando sus sentimientos en poemas y sonetos, con el susurro de las olas como sinfonía interminable para sus poesías.
Transcribía al papel el vuelo de las últimas gaviotas, sus alegres aleteos mientras pescaban los pececillos que se aventuraban en la playa y se extasiaba mientras nadando, la golondrina albina maullaba de placer en el juego amoroso con su pareja.
Su ponderamiento a la hora de poner por escrito sus sentimientos adornando y enriqueciendo cada detalle le llevaban hasta un mundo más allá de las olas que morían en la playa, hasta aquella ciudad cuna de su infancia y alegría de su juventud. Después con resolución guardaba el mensaje y lo lanzaba al mar esperando con impaciencia que alguien, en su amada Costa del Sol, encontrase la botella.
Este microrrelato que parece un poco loco, participó en una de las propuestas mensuales que el Círculo Cultural Bezmiliana hace.
La forma de poder participar es haciendo un micro de no más de 150 palabras e incluir en él una frase y tres palabras que, desde la organización, dan a conocer a principio del mes. También, aunque no es obligatorio, en el relato se puede incluir algo relacionado con Rincón de la Victoria o su término municipal.
Las frases y las palabras del mes en que yo concursé están en color en este texto.