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Una cabalgata diferente

  • Foto del escritor: Virtudes Torres Losa
    Virtudes Torres Losa
  • 4 ene 2020
  • 4 Min. de lectura

Es hora de salir con los niños a ver la Cabalgata de los Reyes Magos. Todos nos ponemos los abrigos, nos liamos la bufanda y corremos hacia el coche. Hace frío, pero le daremos a la calefacción y enseguida el interior parecerá un horno.

Salimos del garaje. Los niños llevan la sonrisa en sus caritas, y los ojos les brillan de forma especial. Es la noche mágica y eso ellos lo demuestran con sus nervios.

Se ha levantado niebla. La estrecha carretera que nos lleva al pueblo parece que desapareciera ante la luz de los faros del coche.

Uno de los niños pregunta: -¿mamá falta mucho? A ver si vamos a llegar tarde y no vemos a los Reyes.

-Yo quiero coger caramelos. -dice el pequeño.

-No os preocupéis, hay tiempo de sobra. -los tranquilizo.

Mi marido conduce callado, está atento, no le gusta esta niebla que, por momentos, parece más espesa.

De pronto, un coche del que en ningún momento hemos visto las luces, sale de entre la niebla y se cruza con el nuestro.

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2 de enero Manzanares. Foto de Inma Torrijos

Podría asegurar que no hemos llegado a la rotonda que enlaza la carretera con las calles del pueblo y , sin embargo, ya estamos en el centro de la ciudad.

La gente espera la llegada de la cabalgata, aparcamos y nos disponemos a esperar también nosotros. Pero es extraño, de golpe la niebla ha desaparecido y... el pueblo ha cambiado con relación a esta mañana cuando he venido de compras.

Lo primero en que me fijo es en los puntos de luz. Están suspendidos en el aire, emiten luz sin estar enganchados a ninguna red. Las baldosas de las aceras se deslizan como si se tratasen de cintas sin fin, donde las personas van o vienen según su deseo. Los árboles son tétricos fantasmas que extienden sus ramas como dedos de esqueletos.

Los coches, al ponerse en marcha, siguen unos metros avanzando por el asfalto, para luego tomar impulso, elevarse y desaparecer.

Los niños están extasiados. Mi marido y yo nos miramos sin saber qué está pasando. Alguien se acerca y mirándonos muy fijamente nos pide la documentación. Se identifica como Policía Sideral. Nos transmite sus órdenes sin despegar los labios, sin hablar.

Estamos asombrados pero obedecemos, le entregamos los DNI que el agente mira con recelo. Después de volver a mirarnos, el agente nos deja marchar, pero solo hasta la esquina siguiente donde nos "invita" a esperar a que llegue la comitiva.

Las caras de las gentes también resultan sospechosas. Todo el mundo anda con gesto serio. Aunque se oyen risas y murmullos, no se ve a nadie hablando ni riendo. SE oye música, quizás ya llegan las carrozas. Mis hijos miran hacia todos lados. Uno pregunta: ¿llegan ya, mamá?

En ese momento un grupo de cabezas se vuelven para mirarnos. Alguien comenta (sin hablar): "son forasteros, ya se encargarán de ellos los transformadores, dejadlos". Orden que todos obedecen.

Un grupo de jóvenes disfrazados de zombis, llega hasta el jardín principal del Gran Teatro. Se sientan en un banco. Desde ese momento no quitarán la vista de nosotros.

Los niños se aferran a nuestras piernas. Están nerviosos y nosotros también. Estoy empezando a sentirme mal. Creo que esta noche de reyes la voy a recordar siempre.

Mi marido saca el móvil para llamar a unos amigos con los que quedamos después para tomar una cerveza en un bar. El teléfono no tiene cobertura. Intento utilizar el mío pero tampoco da señal. La fija mirada de los chicos de enfrente nos inquieta y molesta, así que decidimos marcharnos a otro lugar.

Otro agente que, sospechosamente, se parece al de antes,se acerca y nos pide de nuevo la documentación. Parece un "déjâ vu". Otra vez nos recomienda esperar en la esquina donde estábamos antes. La música suena con más fuerza. -A ver si se pasa ya de una vez y volvemos a casa, -pienso.

En ese momento unas pequeñas naves descienden y se posan en el centro de la calle. De cada una de ellas baja un rey astronauta. Visten uno de plata, otro de oro y otro de platino.

Con la mente ordenan a los niños que se acerquen. Todos, incluso los míos, obedecen y de la nave van sacando paquetes que les van entregando.

En el cielo aparecen unos pajes a lomos de pequeños dinosaurios voladores. Llevan pistolas que parecen de juguete, disparan chorros de colores que, al llegar a una altura explotan como cohetes de artificio y que al descender las chispitas se convierten en caramelos y chocolatinas que caen sobre niños y mayores.

Terminado el desfile, nos apresuramos hasta donde dejamos el coche aparcada. Cuando estamos llegando, oímos pasos rápidos, al mirar hacia atrás, vemos a los chicos que estaban sentados en el banco.

Vienen, no sabemos con qué intención, pero no parecen amistosos y no tenemos ganas de preguntar.

Una vez instalados dentro del coche, mi marido lo pone en marcha, justo en el mismo momento

en que los chicos se aferran a los tiradores de las puertas. Un acelerón y nos deshacemos de ellos. En ningún momento han cambiado el gesto serio de su mirada.

Estamos llegando a las afueras de la ciudad. De nuevo la intensa niebla, que nos ha acompañado en la ida, vuelve a estar ahí.

Miro hacia atrás donde están los niños y me tranquiliza verlos dormidos. En medio de la intensa niebla, se va abriendo un círculo que cada vez se hace mayor. Mi marido intenta frenar pero el agujero que se abre nos absorbe. Lo cruzamos. Seguimos en silencio. No queremos hablar de lo que ha ocurrido esta noche.

6 de enero

Son las ocho de la mañana del día de Reyes. Me duele la cabeza. He tenido un mal sueño. No tenemos que madrugar pero hace ya rato que los niños juegan con los regalos. Muy temprano vinieron a la cama para enseñarnos algunos de los juguetes.

Un grito llega desde el salón -¡Mamá, papá estos juguetes no nos gustan!

Miniaturas de los chicos-zombis nos observan. Son "LOS TRANSFORMADORES".


Este relato forma parte del libro "PÉTALOS" y fue escrito en diciembre de 2013.

 
 
 

4 comentarios


Virtudes Torres Losa
Virtudes Torres Losa
05 ene 2020

En esta ocasión la niebla ha sido el factor que los ha llevado a un universo paralelo. 🤔🤔🤔🙄

jajaja.

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JM Vanjav
JM Vanjav
05 ene 2020

Los encuentros en Lam tercera fase pueden darse el día menos esperado 👽🖖

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Virtudes Torres Losa
Virtudes Torres Losa
04 ene 2020

🤣🤣🤣 Yo soy bastante rara.

Me encanta la ciencia ficción y el terror.

Me lo paso de miedo.

Un abrazo.

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JascNet
JascNet
04 ene 2020

¡¡¡Vaya relato, Virtu!!!

En el 2013 comías unos polvorones muy raros, ¿eh?

Menos mal que no tengo que coger el coche para ir a buscar los regalos.

jajajaja

No, en serio. Mitad Cifi, mitad Terror, muy bueno.

Un abrazo.

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